Mercadillo de INEA, el primer encuentro del curso reúne cada edición a más gente

Mercadillo de INEA, el primer encuentro del curso reúne cada edición a más gente

El Mercadillo Ecológico y Solidario de INEA es la fiesta del encuentro y del inicio de curso. Una ocasión especial para reunirse con compañeros al aire libre, compartir mesa y apoyar un proyecto solidario a través de la compra de productos ecológicos y de comercio justo: hortalizas donadas por los hortelanos de INEA y de los huertos Urbanos; el café capeltic de Come Sano Come Justo, el té marroquí de Red Incola; pan, queso, pasta italiana ecológica al peso, productos de cosmética, de Oxfam Intermón y manualidades de las personas con enfermedad mental de Fundación Intras.  En esta ocasión los beneficios se destinan a un proyecto de Entreculturas para construir el futuro de mujeres vulnerables en Guatemala. (Proyecto) Ya es casi una cita obligada que cuenta cada año con más asistentes. Ayer se sumaron al almuerzo más de 300 personas que por 5 euros solidarios comieron paella, gazpacho y una gran rodaja de sandía recién cortada en la finca ecológica de INEA. El encuentro es todo el día. Unos pasan y saludan. Otros llegan y se quedan. Un continuo flujo de gente compartiendo y apoyando.

También es el encuentro de la PAL abierta a la ciudad. Porque además de miembros y colaboradores de las instituciones de la Compañía de Jesús, -equipo de INEA, colegio San José y Cristo Rey, colegio mayor Menéndez Pelayo, Entreculturas, Red Incola, Grupo de Comunicación Loyola y Centro de Gestión- participan representantes de asociaciones vecinales e inauguran la jornada concejales del Ayuntamiento de Valladolid. Ayer asistieron cuatro –María Sánchez de Medio Ambiente, Rafaela Romero de Servicios Sociales, María Victoria Soto de Educación y Luis Vélez de Movilidad-. Ellos fueron los encargados de entregar los diplomas de agradecimiento a los colaboradores incondicionales que cuidan de los huertos comunitarios y de guiar a los visitantes que diariamente se acercan a conocer los huertos de la finca INEA. Para cerrar, el baile de zumba y muchos corrillos compartiendo los retos 2018-2019.

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