Cuento sobre los huertos de INEA

Cuento sobre los huertos de INEA

Os transcribimos el cuento que ha ganado el concurso de relatos sobre los huertos ecológicos de Inea 2022. 

CRECE EL HUERTO

Necesito expresar las sensaciones y vivencias aquí en el huerto, recibidos en las diarias actividades y ratos, la mayoría de ellos buenos, todo hay que decirlo.

Así hay momentos en los que uno se siente como el que menos sabe de hortalizas y su mundo. Como ya me ocurrió el pasado año, al inicio de la temporada o ciclo, vuelvo a tener cierta inseguridad o zozobra interior, que me produce la sensación de que todo el mundo ha nacido sabiendo de esto y que se mueven confiadamente de manera cotidiana. Van realizando rutinariamente las actividades de manera programada al menos según observo, desde mi poca experiencia en estos lares hortícolas, como que hay algo a lo que no llego.

Me surge la duda de que, si algún día seré capaz de llegar a alcanzar, sin decaer ni desfallecer, y sobre todo sin que me falte la energía. Intento evitar todo lo anterior relajándome y haciéndome a este estilo de vida que es opuesto a este vacuo proceder del resto de las personas ajenas a este aparentemente alejado espacio, pero en el fondo envidiado cuando llegan sus ricos frutos.

No obstante, a momentos, me cuesta aceptar que todo cambia tan deprisa y que no nos queda ya la fuerza de la juventud, ni la seguridad que nos garantice nada, en que uno se siente con menos confianza e incluso una cierta sensación de ansiedad interior que nos domina.

Pero bueno lo que importa es que, ya pasados unos años, ahora ya soy teóricamente un veterano ante los nuevos, e incluso tengo a veces la osadía de aconsejar, no sé bien si del todo acertado, pero si convencido.

Estando inmerso en las labores propias de mi huerta, me doy cuenta que estamos como en una burbuja, aislados del estrés, el ruido, el ajetreo cotidiano.

Pero lo que lo sí he comprobado y es cierto reconocer que esta estrategia diseñada de integrar los huertos con la sociabilidad y la sostenibilidad está bien demostrada.

Hay suficientes evidencias de que la práctica de cualquier actividad de manera habitual forma parte de uno de los pilares que sustentan la consecución de objetivos de la protección de la salud física y mental. Se ha asociado el sedentarismo con una serie de patologías, como la enfermedad coronaria, la hipertensión, algún tipo de diabetes o la osteoporosis. De igual manera, se ha constatado otro beneficio atribuido a la práctica del ejercicio regular, es disfrutar de un mejor estado psicológico con menor incidencia de estados depresivos y de ansiedad e incremento de la autoestima.  

En verdad, los huertos en mi opinión están como suspendidos en el tiempo y el espacio. A veces me pregunto si ese tiempo allí pasado no será más que un ensueño.

Creo que la práctica por el ser humano de una actividad física adecuada es un factor determinante de su supervivencia. A lo largo de la historia la realización de esta actividad física, se ha convertido en una creciente y solicitada actividad. Su desarrollo lleva consigo aspectos de salud, recreativos y de superación, que contribuye como uno de los determinantes de cierta calidad de vida y se convierte, así como una de las ocupaciones activas de ocio.

Me gustaría hacer llegar a todos los compañeros hortelanos, Oficina Técnica y Dirección mi más sincero agradecimiento por su gran generosidad y por proporcionarme estos gratos momentos.

 La Oficina Técnica es ese lugar que se lleva las quejas, malos humores cuando las cosas no salen de acuerdo a nuestros intereses, donde vamos a quejarnos por las averías de la araña roja, el conejo, los topos, la oruga etc. etc. pero que raramente recibe las alabanzas cuando todo sale bien.

Bien decía Oliver Wendell que “la memoria es comparable a una red al sacarla del agua, se encuentra llena de peces, sin embargo, por ella pasaron cientos de litros de agua apenas dejando rastro”. Llevando esta cita a nuestro mundo de la huerta podemos asimilar, los peces son estos hortelanos que ocupamos nuestras parcelitas o huertas que somos los que llenamos de ruido y color este espacio. El agua, representa a todas las personas que desempeñan un trabajo de vital importancia para que como, en esta hermosa finca funcione realmente.Quiero aquí manifestar mi más sincero agradecimiento a cuantos hortelanos compañeros, que me han ayudado con su conocimiento en esta labor de descubrir los infinitos misterios de la huerta, haciendo así posible que disfrute poco a poco con este arte agrario, de relevancia otrora en la economía y tradición regional que con su saber hacer, heredado ha ayudado a fraguar la economía doméstica, y quién sabe si no continuara siendo así.  

 Permítaseme relatar aquí palabras de un léxico agrario que fueron utilizadas no hace mucho ya casi en el olvido y que no deberíamos dejar perder: Arca, artesa, polaina, morral, fragua, esquilador, fragua, era, trillo, acarrear, parva, aventar, sembradora, binador, podadera, hocino, barreño, alambique, rastrillo cultivador, azadón, palanganero, tinaja, cardador, arcón, cantarillas, yugo, criba, badil, zoqueta, horca, hoz, pelliza, pote, quinqué, trébede, onda, petaca, porrón, yunque, albarda, arreo, cabezada, collera, retranca.

Y como último apunte, disfrutemos, poéticamente hablando en los huertos de sus sonidos, de sus silencios, de sus arboledas, del canto de los pájaros, de sus atardeceres, de su tierra fértil que, como paradoja de la vida, nos vio nacer y ojalá lejano el tiempo irremediablemente nos acogerá.

Juan A. Crespo Pereda

Huertos Urbanos de Valladolid INEA

Huerto C 8

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